domingo, julio 30, 2006

Dice una leyenda hindú...

Que en un tiempo todos los hombres que vivían en la tierra eran dioses, pero como el hombre pecó tanto, Brahma dios supremo, decidió castigarlo privándolo del aliento divino que había en su interior y esconderlo en donde jamás pudiera encontrarlo y emplearlo nuevamente para el mal.


- Lo esconderemos en lo profundo de la tierra, dijeron los dioses.

-No, dijo Brahma, porque el hombre cavará profundamente en la tierra y lo encontrará.

- Entonces, lo sumergiremos en el fondo del océano, dijeron.

-Tampoco, dijo Brahma, porque el hombre aprenderá a sumergirse en los océanos y también allí lo encontrará.

- Escondámoslo en la montaña más alta, dijeron.

-No, dijo Brahma, porque un día el hombre subirá a todas las montañas de la tierra y capturará su aliento divino.

- Entonces no sabemos en donde esconderlo ni tampoco sabemos de un lugar donde el hombre no pueda encontrarlo, dijeron los dioses menores.

-Escondedlo dentro del hombre mismo, jamás pensará en buscarlo allí.


Y así lo hicieron.

Oculto en el interior de cada ser humano hay algo divino. Y desde entonces, el hombre ha recorrido la tierra, ha bajado a los océanos y ha subido a las montañas buscando esa cualidad que lo hace verdaderamente feliz y que todo el tiempo lo ha llevado en su interior.

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