Si en vez de las estúpidas panteras y los férreos, estúpidos leones, encerrasen dos flacos mocetones en la frágil cárcel de las fieras: No habrían de yacer noches enteras en el blando pajar de sus colchones, sin esperanzas ya, sin reacciones, lo mismo que dos plácidos horteras; Cual Napoleones pensativos, graves, no como el tigre sanguinario y maula, escrutarían palmo a palmo su aula, buscando las rendijas, no las llaves... ¡Seas el que tú seas, ya lo sabes: a escrutar las rendijas de tu jaula!
1 comentario:
Muy bueno, aunque debo reconocer que me costo más comprender éste que los anteriores. Aunque he leido y leo mucho, mi comprensión de texto es muy mala.
Saludos...
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